El bosque empieza con una semilla
"¿Qué tienes en tus manos?" le preguntó Dios a Moises, a lo que respondió: "solamente un palo" una simple vara para guiar a las ovejas. "Tómala" le dice Dios, "pues con ella harás milagros."
En un mundo donde nos rodean los extremos y los medios digitales nos venden historias instantáneas, parece que no tenemos nada comparado con los referentes de este mundo. Siempre carecemos de algo mental, físico, material o inclusive espiritual, y una voz dentro nuestro nos lo recuerda a cada instante. La verdad es que no nos damos cuenta que lo poco que tenemos en nuestras manos es todo lo que necesitamos para empezar nuestra historia. Cuando Moisés señaló que solamente poseía una vara de madera para sus labores, Dios hizo una declaración inverosímil: Harás milagros y maravillas con ella. Para tener una referencia moderna, es como si Dios se te apareciera mientras barres con tu escoba la casa y te dijera que la va a usar contigo para cambiar el mundo. Luego pasa algo más loco todavía… Moisés le creyó. Y a la final en eso se convirtió su historia. Porque no somos ni más ni menos que las historias que nos contamos a nosotros mismos. La historia que repetimos en nuestra cabeza, esa es nuestra historia y el día que tomemos total responsabilidad de ella, habremos empezado a plantar nuestra semilla… Porque ese talento y ese sueño que tienes es como una semilla diminuta, sin embargo una vez plantada y regada con constancia, disciplina y perseverancia, se convertirá en el árbol que extiende sus ramas hasta el cielo. Esa es la naturaleza, de algo pequeño puede nacer todo un bosque. ¿Cuál es tu semilla? ¿La has plantado o está guardada en el cajón de los sueños olvidados? Tal vez le hemos creído más a las magnánimas historias digitales que al ideal que susurra nuestra semilla, nuestro sueño secreto. Hoy es tiempo de recordar que nunca es tarde para empezar a cumplir sueños y plantarlos. Tu semilla te está esperando, ve por ella.